Hay
un lugar entre dimensiones, entre mundos. Para algunos es el
exterior, para otros es lo desconocido. Para la mayoría, sin
embargo, es el Vacío. Pese a su nombre, no se trata de un lugar
vacuo, sino del hogar de cosas innombrables, horrores demasiado
terribles para la mente de los hombres
Aunque
este conocimiento se perdió hace mucho, hay quien de forma
inadvertida descubre lo que se oculta más allá y es incapaz de
escapar. Kassadin es esa criatura. Antaño era un hombre que se vio
obligado a contemplar el rostro del Vacío y quedó afectado para
siempre por lo que vio. Era un buscador del saber prohibido, pero
descubrió que lo que tanto ansiaba tenía poco que ver con lo que
imaginaba. Es uno de los pocos que ha llegado hasta la olvidada
Icathia y ha vivido para contarlo, siguiendo las minúsculas pistas
ocultas en textos antiguos
Dentro
de una ciudad ciclópea en decadencia, Kassadin encontró secretos
que nunca compartirá; secretos que le han hecho temblar de terror
ante las visiones que se le impusieron de cuanto iba a acontecer en
el futuro. El poder de aquel lugar amenazó con consumirlo, pero
Kassadin tomó la única ruta disponible si quería sobrevivir: dejó
que el Vacío entrase en él
-Si
miras al Vacío, no podrás reponerte del todo; si miras a Kassadin,
puede que no haya vuelta atrás.
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