A
lo largo de casi veinte años, Fiddlesticks ha estado solo en la
cámara de invocación más oriental de la Academia de la Guerra.
Solo la refulgente luz esmeralda de su mirada sobrenatural horada la
húmeda oscuridad de su morada, cubierta por el polvo. Aquí el
mensajero de la muerte se mantiene en silenciosa vigilia. La suya es
la fábula con moraleja del poder descontrolado.
Décadas
atrás, vivía un poderoso mago rúnico de Zaun: Istvaan. Al término
de la quinta Guerra Rúnica,
Así,
en el que fue su último combate, quiso superar sus límites. Se
encerró en la cámara de invocación más oriental e inició el más
peligroso de los rituales: la invocación extraplanar.
Al
llamar a la puerta de la cámara, solamente el silencio ofrecía su
respuesta. El primer aprendiz que entró fue fulminado al instante
por una abominable guadaña. Los pocos que lo siguieron y
sobrevivieron terminaron convirtiéndose en simples lunáticos
obsesionados con la muerte y los cuervos
Pasaron
los años, pero la figura de madera que había dentro no se movió
nunca, excepto para asesinar a aquellos necios que decidían entrar
Su
rostro inexpresivo no ofrece ninguna pista y su guadaña está
siempre preparada para derribar a todo aquel que se cruce en su
camino.
-Aquellos que afirman 'no hay nada que temer, salvo el propio miedo' aún no conocen a los cuervos.
-Aquellos que afirman 'no hay nada que temer, salvo el propio miedo' aún no conocen a los cuervos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario